Investigadores del grupo de Estrés Oxidativo y Neurodegeneración de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el Campus de Ciudad Real y facultativos del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario ciudadrealeño estudiarán el efecto protector del coenzima Q (CoQ) en la funcionalidad de la microvasculatura cerebral en la enfermedad del Alzheimer, a través de un proyecto de investigación conseguido del Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Durante su desarrollo, los investigadores analizarán en pacientes diagnosticados de deterioro cognitivo leve y prescritos con suplementación oral con CoQ o placebo la patología de Alzheimer a nivel vascular cerebral de pequeño vaso y evaluarán a lo largo de un año la progresión cognitiva de estos grupos. Los datos obtenidos se correlacionarán con posibles biomarcadores plasmáticos asociados a la enfermedad de Alzheimer.
El interés de este estudio, liderado por la jefa del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario y profesora de la Facultad de Medicina en Ciudad Real, Julia Vaamonde y el catedrático de la UCLM Francisco Javier Alcaín, radica en que es la primera vez que se aplicará el coenzima Q como agente protector de los vasos sanguíneos del cerebro frente al péptido amiloide, responsable del desarrollo de la enfermedad. Con el mismo, los investigadores buscarán una posible vía terapéutica que permita retrasar la enfermedad de Alzheimer en las personas.
Según los responsables del proyecto, en el que participan los investigadores de la UCLM Mario Durán, Cristina Parrado y Juan Ramón Peinado, y los facultativos del hospital ciudadrealeño Juan José Muñoz-Torrero, Javier Domínguez y Laura Burriel, cada vez son más los datos epidemiológicos y experimentales que confirman que la disfunción neurovascular puede contribuir al desarrollo y progresión de la enfermedad de Alzheimer. Según los mismos, el péptido responsable del desarrollo del Alzheimer se deposita también en los vasos sanguíneos y hay diversos factores de riesgo comunes para enfermedades vasculares, como la hipertensión y la diabetes, que lo son también para el Alzheimer.
Así, en modelos animales con la enfermedad de Alzheimer se ha demostrado que la disfunción vascular precede a los cambios neuropatológicos y al declive cognitivo asociados a la misma. Ahora, la hipótesis de trabajo es que la suplementación oral con CoQ mejorará la funcionalidad del endotelio vascular y supondrá una mejora en la evolución del proceso neuropatológico subyacente al deterioro cognitivo, especialmente si corresponde a la enfermedad de Alzheimer. Dicha mejoría, según los responsables del proyecto, se debería a la protección del CoQ en las células endoteliales.
Gabinete de Comunicación UCLM. Ciudad Real, 7 de marzo de 2014