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La UCLM es un referente nacional en el modelo organizativo en materia de autoprotección

Todo preparado ante una eventual emergencia

27/02/2012
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Todo preparado ante una eventual emergencia

27/02/2012

Unos treinta mil alumnos y más de tres mil trabajadores conviven en los cuatro campus de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), algunos en instalaciones potencialmente peligrosas, como determinados laboratorios y talleres. La UCLM vela por la seguridad de la comunidad universitaria con unas exigentes políticas prevención de riesgos que la han convertido en un referente nacional en materia de autoprotección.

Garantizar la seguridad de más de treinta mil personas no es tarea fácil. Sobre todo si la actividad de buena parte de estas personas está asociada a potenciales y variados riesgos, como la utilización de materiales radiactivos o el trabajo en un túnel de viento. De hecho, la universidad es un entorno expuesto a múltiples contingencias asociadas a su propia actividad docente e investigadora. La ausencia de incidencias sólo se justifica en una profunda concienciación en materia de prevención y en la colaboración de toda la comunidad universitaria.

La Universidad de Castilla-La Mancha fue una de las primeras en dotarse de una unidad específica dedicada a la Prevención de Riesgos. Este servicio, que posteriormente asumiría también las políticas de medioambiente, depende en la actualidad de la Gerencia de la institución académica y está dirigido por Francisco Bernabéu. Entre sus múltiples funciones se encuentran las de evaluar los factores de riesgo que puedan afectar a la seguridad y la salud de la comunidad universitaria, informar y formar en materia de prevención, organizar la gestión de residuos peligrosos y realizar inspecciones periódicas de seguridad en los centros universitarios.

Paralelamente, el Servicio de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente ha asumido la responsabilidad de diseñar e implantar los denominados planes de autoprotección, que concretan los procedimientos de actuación en caso de una eventual emergencia. Entre otras cuestiones, se detalla la organización de los comités de autoprotección, constituidos en una doble estructura, por campus (Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo) y por edificios. Dentro de cada uno de los centros de la Universidad se ha constituido un equipo de intervención a cuyo mando se encuentra el decano o el director, cuando se trata de edificios de uso docente; o el responsable administrativo de que se trate, en el resto de inmuebles. Este modelo organizativo en materia de autoprotección constituye todo un referente en el sistema universitario español.

En caso de una incidencia, el jefe de emergencia del centro afectado de la UCLM asumirá el mando y trabajará en colaboración con los servicios de emergencias de carácter externo, fundamentalmente bomberos y sanitarios. El protocolo establecido por la institución académica aconseja actuar con tranquilidad y colaborando en el eventual desalojo de los edificios. Los miembros de la comunidad universitaria han de abandonar los centros de forma ordenada y dirigirse hacia los denominados puntos de reunión, situados en áreas visibles en todos los campus y perfectamente señalizados.

La Universidad de Castilla-La Mancha suele poner a prueba sus planes de autoprotección con simulacros periódicos, algunos de los cuales se realizan sin aviso previo de que se trata de un ejercicio, lo que dibuja un mapa más realista de la eficacia de sus políticas de prevención. Un ejemplo de estas prácticas se produjo en el Campus Tecnológico de la Fábrica de Armas hace un par de años. Sólo la jefa de emergencia conocía la naturaleza de la operación, que consistió en un “incendio” en la zona de reprografía que provocó una veintena de supuestos heridos. La respuesta de la comunidad universitaria fue ejemplar, desalojando los edificios afectados de forma ordenada y minimizando el impacto del “siniestro”.

La realización de estos ejercicios permite revisar las estrategias de actuación en cada uno de los casos con el objetivo de que todo esté preparado para una eventual emergencia, al tiempo que mantiene entrenados a los equipos de intervención frente a una posible situación crítica de emergencia.

Gabinete Comunicación UCLM. Ciudad Real, 27 de febrero de 2012
 

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