El turismo industrial, ya consolidado en diversos países europeos, se considera una variante del turismo cultural, que engloba las visitas a empresas en funcionamiento, los museos de producto o antiguas fábricas (patrimonio industrial) y los parques científicos.
En su vertiente de visitas a empresas el turismo industrial tiene un doble beneficio, como estrategia de competitividad para la firma y como factor de desarrollo para el territorio. Aunque la mayor parte de las empresas que se pueden visitar en Europa -por parte del gran público- son agroalimentarias o artesanales, también son accesibles industrias innovadoras y de tecnología avanzada, normalmente en este caso por parte de colectivos profesionales y universitarios.
Con el objetivo de de contribuir a la expansión y profesionalización del turismo industrial a escala europea, en el Congreso se están presentando las iniciativas más emblemáticas existentes en diversos países y planteando las claves que garanticen la competitividad de esta actividad: la promoción, la comunicación, la preparación de los recursos humanos, la gestión de calidad y la animación.
En la segunda jornada, que se ha desarrollado hoy, el profesor Arturo Molina moderó una mesa redonda sobre las jornadas de puertas abiertas, en la que se expuso el caso francés, que lidera este tipo de prácticas en Europa, y se explicaron las directrices establecidas por la Comisión Europea para animar a los empresarios a poner en marcha iniciativas de turismo industrial.
Por su parte, la profesora Águeda Esteban moderó un debate sobre estrategias de marketing y comunicación, en el que se abordaron diversas experiencias empresariales. Entre ellas, la de las minas de Almadén (Ciudad Real), gestionadas como recurso turístico por una sociedad pública.

Toledo, 12 de noviembre de 2008