El catedrático de Matemáticas Aplicadas de la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Ildefonso Díaz Díaz, ofreció una conferencia en el Aula Cultural Universidad Abierta titulada “Control: alcanzar lo mejor y bordear lo imposible”. La charla se enmarca en el ciclo de conferencias Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica.
El profesor Díaz explicó como el quehacer científico se ha caracterizado siempre por la convivencia del deseo de comprensión racional del mundo natural e intelectual que nos rodea, con la intención de actuar o controlar esa realidad para conseguir fines difícilmente accesibles.
En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Matemática Aplicada apuntó que una de las constantes del hombre es la de modificar el entorno y las matemáticas están detrás de esos cambios. “La capacidad de actuar, la libertad de decidir, dignifica al hombre” -dijo.
Desde las más rudimentales herramientas del Paleolítico –continuó Díaz- hasta la reciente construcción de las gigantescas “Tres gargantas” en China, el hombre no ha cesado de actuar sobre su medio ambiente con el fin de mejorar sus condiciones de vida. Se podría decir que lo que caracteriza al hombre frente a otros animales es su capacidad para decidir e inventar acciones que transformen la realidad. Su libertad de decisión y de acción configuran el fundamento de su dignidad racional.
El reto de transformar la energía, la elaboración de las más dispares máquinas, el diseño de los más veloces coches y aviones recurre a ideas de control que no son ajenas a las Matemáticas y que no por eso son menos bellas que las idealizadas como ajenas al mundo real. La contemplación de la bóveda celeste ahora coexiste con los viajes interplanetarios o acciones, jamás imaginadas, como la misión “Deep Impact” contra el cometa Tempel 1 el pasado 4 de julio de 2005 –subrayó el académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid.
En cuanto al control, Jesús Ildefonso Díaz indicó que un adecuado del mismo puede permitir alcanzar metas cercanas a lo imposible. La aplicación a la medicina y al bienestar son retos que no cesarán de ser cultivados a lo largo de los tiempos futuros. Nunca ha sido tan necesario conocer los límites de la ciencia para guiar los avances de la tecnología.
En definitiva, controlar (en el sentido de conocer y actuar en consecuencia para lograr un objetivo) es lo que caracteriza la inquietud del hombre como animal superior. En la medida en que la ciencia y la técnica intenten simular este comportamiento innato del hombre, caminarán imparables hacia un futuro mejor -concluyó.