La sociedad en la que vivimos valora el crecimiento por encima de todo lo demás. Esta forma de vida que llevamos nos arrastra de forma inevitable hacia el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles (gas y petróleo). Para comprender mejor la situación en la que nos encontramos, el Instituto de Investigaciones Energéticas y Aplicaciones Industriales (IIEYAI) de la Universidad regional ha invitado al geofísico francés Jean Laherrère, una de las voces más autorizadas a nivel mundial, para hablar del Peak Oil o fin del petróleo.
Son pocas las ocasiones en las que se tiene la oportunidad de escuchar a alguien con autoridad suficiente para poder decir que “lo importante no es el cambio climático, sino que en muy pocos años no vamos a tener nada con que alimentar nuestros coches, nuestras fábricas, calefacciones o producir electricidad”. Porque, según Jean Laherrère, que trabajó para la petrolera francesa TOTAL durante 37 años, nuestra forma de vida está provocando el fin inmediato de las reservas de combustibles fósiles.
Laherrère, autor de diversos estudios sobre el fin del petróleo y representante de ASPO (Association for the Study of Peak Oil and Gas) en Europa, ha sido invitado por el Instituto de Investigaciones Energéticas y Aplicaciones Industriales (IIEYAI) de la Universidad de Castilla-La Mancha, que dirige el profesor Roberto Piriz. Este científico tiene muy claro que “las cifras sobre producción dependen de la imagen que quieran reflejar las petroleras. Ya que, de cara al pago de impuestos se suelen declarar como empresas pobres, aunque muestran su lado más poderoso para los bancos”, todo ello influye mucho en la realidad de los datos sobre reservas mundiales de petróleo que dan a conocer.
Si a esto le unimos los intereses políticos, el “curioso” manejo de información de los diferentes productores, las diferentes definiciones sobre el petróleo que se extrae; es imposible saber qué cantidad de petróleo queda en el mundo. Según los estudios de Laherrère, se estima que la producción en 2005 estaba en torno a los 85 millones de barriles, incluyendo la extracción de gas natural y producción de bioetanol y que, a partir del año 2012, (año en que se podría producir el peak oil) comenzará el declive de la producción y se acabarán los combustibles fósiles baratos. Así hasta el 2050 en el que teóricamente se acabaría totalmente la producción de petróleo.
En cuanto a la producción actual de petróleo, ésta se encuentra condicionada por una serie de intereses comerciales de los productores de petróleo y por la inestabilidad, guerras y terrorismo en los países productores; la mayoría de ellos situados en zonas de Medio Oriente, donde es casi imposible hacer prospecciones por lo peligroso que resulta. Además también hay “muchos intereses por parte de los países que basan su bienestar en el crecimiento continuo o países como China que quieren ponerse a la altura de Estados Unidos o la Unión Europea sin tener en cuenta lo que eso significa para la producción de petróleo” dice Laherrère.
En definitiva, el modo de vida que hemos elegido no nos llevará a buen puerto según los estudios de Jean Laherrère. Sería importante que los gobiernos se den cuenta que “el ahorro debe ser la meta principal en esta situación, pero esto es absolutamente contrario a nuestra sociedad de la consumo, donde el crecimiento se elogia como solución de todo. El ahorro no se consigue con protocolos o leyes, sino convenciendo al consumidor para que cambie su manera de vida, pero el modo en que se maneja el petróleo y los contratos firmados para la extracción de gas parecen indicar que estamos de nuevo en la selva de los negocios”, sentencia Laherrère.
Gabinete de Comunicación. Martes, 24 de abril de 2007