La sociedad española evolucionó de forma acelerada en la década de los años sesenta, pasando de unos comportamientos conservadores y rígidos, marcados por la existencia de un régimen político coercitivo, a otros abiertos y plurales como correspondía a un régimen democrático. Ahora, el Seminario de estudios del franquismo –con sede en Albacete- reúne a varios historiadores españoles para hablar del trabajo que realizaron estos españoles en su momento y los avances conseguidos.
Con este planteamiento el Seminario de Estudios del Franquismo y la Transición (SEFT) ha convocado esta semana en el Campus de Albacete a historiadores de varias universidades españolas a una reunión científica para debatir cuestiones metodológicas que permitan avanzar en la consecución de los objetivos marcados por cada grupo dentro de un ambicioso proyecto de investigación concedido por el Ministerio de Educación y Ciencia titulado El largo camino hacia la democracia: cambio económico, movimientos sociales y construcción identitaria en la España meridional (1959-1979).
Después de haber acumulado una amplia experiencia en diferentes proyectos de investigación referidos al ámbito regional, el SEFT se propone extrapolar una metodología de resultados contrastados al marco estatal, centrándose en el estudio de los movimientos sociales que tan decisivos fueron en la crisis de la dictadura: movimientos vecinales, obreros, estudiantes, mujeres, eclesiásticos, intelectuales, todos jugaron un papel decisivo y todavía, especialmente algunos de ellos, poco valorados.
En la reunión, que comienza el jueves, se planteará la comparación de los modelos de transición de la dictadura a la democracia en las regiones del arco meridional español, cuyas características sociales, económicas y políticas guardan un gran paralelismo, si bien también presentan notables diferencias que les llevaron a protagonizar procesos particulares.
El SEFT pone especial interés en el cambio social como agente fundamental de aquellos procesos de transición, prestando especial atención al comportamiento de las asociaciones y colectivos que surgirán en el segundo franquismo, especialmente al partir de la ley de asociaciones de 1964. Para ello será preciso atender las posibilidades de archivos municipales y provinciales, registros de prensa, asociacionismo etc., así como desarrollar un amplio catálogo de testimonios orales.
Gabinete de Comunicación. Albacete, 17 de abril de 2007