El 12 de enero próximo, la Facultad de Económicas y Empresariales de Albacete acogerá una reunión internacional para discutir y presentar, entre otras investigaciones, la realizada por las investigadoras María José Díaz y Aurora Galán, sobre Mujeres de hoy en las zonas rurales manchegas: jóvenes, esposas, madres y trabajadoras. Este foro se celebra en el marco del proyecto de investigación TRABIN El Trabajo invisible en España, dirigido por Juan José Castillo, catedrático de Sociología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid.
Con el título “Escenarios de vida y trabajo en la sociedad de la información”, se expondrá el segundo proyecto TRABIN 2005-2008, financiado por el MEC, compuesto por 20 personas de seis universidades que investigan “a pie de obra” las transformaciones productivas y del trabajo: el trabajo desmigajado en el territorio, la influencia del trabajo fluido, los nuevos requisitos “cualficacionales”, las nuevas formas de gestión, negociación y residencia, y los efectos de esto en la vida cotidiana de hombres y mujeres.
También se presentarán los resultados del primer proyecto El trabajo recobrado, que recoge estudios en sectores tan diversos como los talleres de confección de las grandes marcas; los parques temáticos; la hostelería; la logística y el transporte que une los fragmentos de la cadena de montaje dispersa en el territorio; las “mujeres entre naranjas”, pilar de la economía cítrica valenciana; los trabajadores ‘pendulares’ manchegos de la construcción; las industrias más avanzadas del auto y la máquina herramienta en Navarra y el País Vasco; o los centros de llamadas call centers, en Madrid. Aseguran haber sacado a la luz ese trabajo doblemente invisible de mujeres y jóvenes tras haberlo hallado, en muchas ocasiones, al final de una cadena de subcontratación que dispersa y oculta el trabajo en los más recónditos territorios.
Según afirman, lo han hecho para restaurar en su lugar a la ciencia social y contribuir a situarla donde estuvo desde los clásicos de la economía política, aunque su objetivo primordial es el de contribuir a la mayor felicidad posible para mujeres y hombres en el mundo en que vivimos. Con Marcel Proust como iluminación, han buscado el trabajo y lo han identificado, dicen “con los ojos y con la memoria. Hemos roto, un poco, esa muralla científica, social y política que coloca al trabajo como una simple pieza de una máquina que cualquier maquinista cree conocer”.
La investigación, que actualmente se realiza en el territorio castellano-manchego, analiza las transformaciones que afectan en los últimos años a las mujeres; como las relacionadas con la inmigración, la aparición de nuevos materiales y productos o la descentralización. Paralelamente, trata de identificar y analizar las estrategias familiares que llevan a las mujeres a compatibilizar el mundo productivo con el reproductivo y su influencia en el desarrollo rural. Los organizadores aseguran que “para un conocimiento cabal de la situación de los trabajadores, de la industria y de las posibilidades de desarrollo regional, es necesario invertir esfuerzos e inteligencia en la investigación sociológica”.
Esta investigación sobre realidades poco conocidas viene precedida de otras; la primera de ellas, realizada por Jesús Oliva y M. José Díaz, sobre los commuters de la construcción en Castilla-La Mancha, profundizaba en la llegada cada día a Madrid -desde sus pueblos de origen- de unos 20.000 trabajadores castellano manchegos de la construcción. Esta estrategia tiene su origen en la vieja figura del obrero-campesino, que trataba de mantenerse arraigado a su pueblo mediante una doble actividad que buscaba rentabilizar los salarios urbano-industriales con las ventajas de la vida rural. Por otro lado, las condiciones del propio trabajo: la generalización de la subcontratación o la estandarización de las tareas, sumerge buena parte de estas estrategias en una gran incertidumbre y vulnerabilidad respecto al futuro.
La investigación, encargada por el CIS, sobre La recuperación de la vida y trabajo del obrero campesino como bolsa de trabajo descualificado, se realizó en el 2003 por María José Díaz, Aurora Galán y Jesús Oliva. Identificaba las estrategias que mueven a hombres y mujeres a introducirse en el mercado de trabajo más allá de la ruralidad y del trabajo agrario. Para ello, fijaron la mirada en los conmmuters castellano manchegos de la construcción en Madrid; el trabajo femenino en el sector de la confección, y la consolidación de la industria agroalimentaria de corte tradicional ubicada en La Mancha.
Este grupo de sociólogos invita a gobernantes y ciudadanos a seguir un camino reflexivo que permita construir un futuro más lleno de posibilidades. Para encontrar el trabajo realmente existente, así como sus posibilidades y esperanzas, afirman, “hay que navegar contra la corriente de la trivialización y banalidad generadas por esa suerte de recetarios que venden medidas salvadoras de la economía al alcance de cualquiera, y contra la ideología de la simpleza de tertulianos o sociólogos de todo pelaje que creen saberlo todo”.
Albacete, 11 de Diciembre de 2006