El periodista Manuel Martorell hizo ayer una panorámica de las principales sociedades musulmanas de Oriente Medio, aportando las claves fundamentales para comprender su actual complejidad religiosa, cultural y política. A tal efecto utilizó los diferentes viajes que ha realizado a la zona durante más de veinte años de dedicación profesional, comenzando por la europeizada Turquía, para recorrer después la República Islámica de Irán, el nacionalismo árabe de Siria y terminar con la crisis de Iraq.
Manuel Martorell, Elizondo (Navarra), 1953. Ha trabajado para medios de comunicación como Diario 16 y El Mundo, es el español que más tiempo ha dedicado a estudiar y difundir los problemas de los kurdos. A él le debemos, entre otras cosas, varios libros sobre el devenir de ese pueblo y decenas de reportajes y artículos. Ayer visitó el Aula Abierta de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) para contar a los asistentes el por qué de esta sinrazón en el siglo XXI.
Para Martorell, la cuestión kurda es un asunto interno de primer orden para los gobiernos de Ankara, Teherán, Damasco y Bagdad. Por eso, “Kurdistán: viaje al país prohibido”, su último libro, sirve para entender la realidad de Oriente Medio desde sus mismas entrañas.
El periodista realiza un gran esfuerzo para deshacer los tópicos extendidos en Occidente sobre esta parte del mundo, y al tiempo que se profundiza en temas de gran trascendencia social, como la interrelación entre Islam y política, se recogen datos históricos, leyendas, tradiciones, costumbres, descripciones humanas, paisajes, ciudades y, sobre todo, innumerables y enriquecedoras vivencias personales en las zonas habitadas por los kurdos.
Martorell quiere, a través de su obra, desmitificar 7 desmontar el tópico en torno a las sociedades islámicas de Oriente Medio, que para él “suponen una variedad y diversidad de matices, de corrientes, de religiones, de culturas y de étnias que en el fondo se parecen más a la variedad de nuestras sociedades.
Su crítica va encaminada a la imposibilidad de conseguir que el pueblo Kurdo alcance los derechos que le corresponden –principalmente el derecho a constituirse como país-, ya que los intereses sobre el petróleo y el agua que hay en el territorio Kurdo hacen que Oriente y Occidente se nieguen a modificar la situación geopolítica de la zona.
Ciudad Real, 13 de diciembre de 2005