Esta mañana, comenzaba en el Antiguo Convento de Carmelitas, el curso “Asociacionismo Católico y Clericalismo en la España Contemporánea”; primero de los cursos de verano que la Universidad regional celebra en el Campus de Cuenca.
La inauguración ha corrido a cargo del vicerrector del Campus de Cuenca y Extensión Universitaria, José Ignacio Albentosa; del delegado de la Junta de Comunidades, Juan Ávila; y de los directores del curso Ángel Luis López y Julio de la Cueva.
Juan Ávila, en su intervención, ha destacado la importante labor social que realizan algunas asociaciones católicas con colectivos de inmigrantes y personas mayores, sobre todo; y ha señalado que es fundamental recuperar las bases del humanismo para que el hombre sea el referente de todas las políticas que se pongan en marcha.
Por su parte, el profesor Ángel Luis López comentó que el propósito del curso es contribuir al análisis de dos de las fórmulas características del posicionamiento católico frente a los cambios experimentados por la sociedad contemporánea; por un lado, la aspiración a mantener el control confesional sobre la sociedad civil y el Estado; y por otro, la apuesta por la contrasecularización y recristianización mediante la movilización organizada. De esta manera, continuó López, se pretende promover el conocimiento de algunos de los aspectos más descuidados por la historiografía sobre la cuestión religiosa en España y dar continuidad a los estudios sobre asociacionismo y sociabilidad.
Tras la ceremonia inaugural, comenzó su intervención el catedrático de Historia Contemporánea de la UCLM, Juan Sisinio Pérez Garzón, que habló sobre “La revolución liberal ante la Iglesia Católica”. En este sentido, Juan Sisinio Pérez señaló que la desamortización resultó clave en el cambio del Antiguo al Nuevo Régimen, relacionado con la revolución industrial y con la llegada de la democracia. En el Antiguo Régimen lo más importante era el honor, estando la propiedad vinculada a instituciones; en el Nuevo la base es el dinero, la prosperidad y la felicidad que da esta. Por tanto, la propiedad debe ser individual. Este paso de la propiedad institucional a la individual es lo que denominamos desamortización (quitar lar riquezas de las manos muertas), que en un poco más de un siglo va a afectar al 40% de la superficie del estado español.
La iglesia española era la institución que más propiedad vinculada poseía y además fue la más afectada por este proceso desamortizador. Las relaciones de la Iglesia y el Estado pasaron por momentos muy críticos hasta que Narváez firmó con el Vaticano el Concordato, en 1851, por el cual la Iglesia asumía la desamortización, pero el estado dejaba en manos de la Iglesia la educación y sufragaba sus gastos. No obstante, las relaciones entre un sector de la Iglesia católica española y el liberalismo más radical se irían enturbiando progresivamente, dando lugar al anticlericalismo y a ese antiliberalismo, que tanto ha marcado la historia de España.
Tras la intervención de Pérez Garzón intervino Julio de la Cueva que habló sobre “Clericalismo y movilización católica en la España de la Restauración”.
Por la tarde, las ponencias giraron en torno a “La Buena Prensa”, a cargo de Isidro Sánchez, profesor de Historia Contemporánea de la UCLM; y Mónica Moreno, de la Universidad de Alicante, que habló sobre “Mujeres, religión e Iglesia en la España Contemporánea”.
El curso, que continuará hasta el próximo día 30 de junio, está dirigido a alumnos de las diversas licenciaturas del ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales así como del tercer ciclo.