El Departamento de Economía Regional del Instituto de Desarrollo Regional (IDR) de la Universidad de Castilla-La Mancha, comenzará en breve la realización de un trabajo técnico y económico con el fin de estudiar la viabilidad y sostenibilidad del proyecto de parque eólico que pretende llevar a cabo la empresa “Energías Renovables de La Manchuela” en los términos municipales de Mahora y Madrigueras. Así ha quedado reflejado tras la firma del contrato llevada a cabo hoy viernes, 21 de junio, en la nueva sede del IDR con la presencia del vicerrector del Campus de Albacete, Antonio Roncero, el director del departamento que hará el estudio, Francisco Gil, y el gerente de la mencionada empresa, Antonio J. Molina.
Según comentó el vicerrector, este proyecto será una contribución de la Universidad para mejorar las perspectivas de desarrollo económico de la zona y destacó la importancia del futuro parque eólico que, de contar con el visto bueno de la Administración Regional, puede convertirse en un importante motor para La Manchuela. El gerente de la empresa impulsora del proyecto expuso que la zona, aún estando pendiente de la concesión administrativa, está ubicada entre Golosalvo, Madrigueras y Mahora. Antonio Molina también manifestó su deseo de que, tras este paso, nuevos socios pasen a formar parte de la empresa de energía renovable que fomentará el empleo en la zona y ofrecerá oportunidades de inversión.
Por último, el director de la sección de Economía Regional del IDR, Francisco Gil, destacó las connotaciones del proyecto que van a acometer, que supondrá por un lado la vertebración del desarrollo rural de la zona con carácter pionero, y por otro el aporte de tecnología. El equipo del proyecto, que comenzará el estudio la próxima semana y trabajará durante 6 meses, no sólo realizará un trabajo metodológico y teórico, sino también aplicado al terreno que se somete a estudio. Para ello se obtendrá una base de datos necesaria para avalar la viabilidad del proyecto, para lo cual se analizará el actual tejido empresarial, los equipamientos, las potencialidades de la zona, la incorporación de los jóvenes al trabajo, los medios económicos, etc,...
La implantación de fuentes de energía renovables en un entorno rural, como es el caso, puede suponer, a juicio de Gil, un aumento de renta para la zona. Además su impacto en la creación de empleo, constituye una nueva fuente de atención en el medio rural, que se verá complementada con los beneficios obtenidos por la diversificación de la economía de La Manchuela, tradicionalmente agraria.