Se centra en dos objetivos principales:
1. Lucha contra el crimen: combatiendo las formas graves de delincuencia organizada y transfronteriza, incluyendo el terrorismo, y reforzando la cooperación entre las autoridades policiales nacionales, los organismos europeos como la EUROPOL, y las organizaciones internacionales no europeas;
2. Mejorar la capacidad de la UE para gestionar efectivamente riesgos y crisis relacionadas con la seguridad, y proteger a la ciudadanía y las infraestructuras críticas frente a ataques terroristas y otros incidentes de seguridad.