Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) es una de las mejores fotógrafas de la historia. Su repercusión se ha comparado a la de figuras como Robert Capa, Henry Cartier-Bresson o Dorothea Lange, y a los numerosos reconocimientos que acumula sumará otro mañana: será investida doctora “honoris causa” por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Se convertirá en la primera mujer en entrar en el claustro de doctores de la institución académica, cimentando su condición de pionera en todo. Porque también fue la primera persona de nacionalidad española en ser admitida en la prestigiosa agencia Magnum, y la primera en descubrir la belleza, el simbolismo o la brutalidad de los ritos y las fiestas populares españolas, casi siempre en blanco y negro.
Un día antes de la ceremonia de investidura, García Rodero ha mantenido un encuentro con miembros de la comunidad universitaria y con seguidores de su obra en la Facultad de Letras. Antes ha atendido a los medios de comunicación, posando para las cámaras con una paciencia infinita, y hablando de su vida y de la fotografía, que para ella son la misma cosa. “Cuando empecé, no pensaba que fuera a llegar a ninguna parte. Me planteé ser feliz, hacer lo que a mí me gustaba, y eso lo he conseguido. En eso soy muy afortunada. Primero fue la pintura, después, la fotografía”, ha explicado García Rodero, quien se licenció en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y a donde posteriormente se incorporó como profesora de fotografía entre 1982 y 2007. Durante todo ese tiempo compaginó la actividad académica con una brillante trayectoria como fotógrafa que la ha llevado a recorrer toda España y buena parte del mundo y a firmar proyectos que ya forman parte del canon, como “España oculta”, “España, fiestas y ritos”, “Américas” o “Rituales en Haití”.
“A los estudiantes les diría que escojan un trabajo que les guste –ha señalado-, porque van a pasar tantas horas de su vida en ello que si no les gusta va a ser un sufrimiento. Pero si haces lo que te gusta, no es un trabajo, ya forma parte de tu vida. Estás llena. Y yo he sido muy afortunada en encontrar lo que a mí me gustaba hacer y que encima me reconozcan, qué más puedo pedir a la vida”.
Con este nuevo reconocimiento, el de la UCLM, Cristina García Rodero percibe el “cariño de la gente; me hace volver más a mi tierra, sentirme más de Ciudad Real, más de Puertollano”. Esta última, su localidad natal, cuenta desde el pasado mes de septiembre con un museo dedicado a la obra de García Rodero, con fotografías adquiridas por el Ayuntamiento y donadas por la propia autora y por coleccionistas privados. Es un recorrido profesional y vital marcado por el esfuerzo y el afán de superación. “De mi trayectoria me quedaría con la lucha, sin lugar a dudas, es lo más hermoso”, apunta. “Comenzar un camino que no sabes dónde te va a llevar, en el que sacas fuerzas de donde sea porque intuyes que puedes. Y, cuando llegas la meta, lo importante es lo que has vivido, lo que has aprendido, esas rutas con las que no contabas, y que igual te han hecho cambiar el proyecto que iniciaste”.
A los sesenta y nueve años y sin nada que demostrar, Cristina García Rodero sigue trabajando. Mucho y en distintas iniciativas, aunque casi siempre fuera de España. “Ahora estoy haciendo un trabajo, lo llamo Entre el cielo y la tierra, sobre la espiritualidad y la carnalidad; tengo otro proyecto en India, otro sobre América, también otro de ángeles y demonios, sobre el agua, sobre el fuego, el carnaval… Quiero trabajar hasta que la cabeza y el cuerpo funcionen; bueno, la cabeza más, porque sentadita también puedo trabajar aunque sea en el archivo”.
Gabinete Comunicación UCLM. Ciudad Real, 13 de noviembre de 2018