El fondo de capitalización para el despido, también conocido como "fondo austriaco", ha centrado un seminario celebrado en el salón de actos del edificio Melchor de Macanaz, en el que ha participado como principal ponente el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Juan López Gandia, miembro de la comisión ministerial formada para el estudio y elaboración de propuestas sobre esta materia, que ha expuesto los problemas que la puesta en práctica de dicho fondo plantea. Este seminario ha sido organizado por la profesora de derecho del trabajo Mª José Romero Rodenas que ha intervenido en el mismo junto al Decano de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, Joaquín Aparicio Tovar. El fondo en cuestión, según lo previsto en la ley 35/2010, debería estar listo antes del 18 de junio de 2011.
Más de 50 personas entre estudiantes de Relaciones Laborales, Derecho, Económicas y Empresariales, abogados, asesores sindicales y de organizaciones empresariales y sindicalistas, han asistido a este seminario en el que ha tomado la palabra en primer lugar Joaquín Aparicio Tovar que, tras analizar el fondo, ha mostrado su oposición al mismo al considerarlo como "un camino para conseguir en un futuro el despido libre y sin costes".
Por su parte, Juan López Gandía ha explicado que a partir de la reforma laboral se ha introducido una institución nueva en el sistema español que es un fondo de capitalización, inspirado en parte en el modelo austriaco, que tiene por finalidad, por un lado subvencionar al empresario de una parte de los costes de despido y por otro otorgar al trabajador un derecho individual de capitalización cuando se jubile que serviría para complementar la pensión de jubilación.
En su charla, López Gandía ha señalado que la idea que se plantea es subvencionar los costes de despido para que el empresario contrate y, en otro sentido, facilitar la movilidad del trabajador de tal forma que, si cambia de empresa, pueda llevarse una parte de esa financiación que ha ido acumulando y si no cambia de empresa en toda su vida esa parte iría a un complemento de pensiones.
Uno de los problemas que abordó de cara a la articulación de este fondo, es el acuerdo de los "ocho días". Según plantea la reforma, el empresario tendrá derecho a deducirse ocho días por año de la indemnización que pague por despido, y el trabajador que no le despidan nunca también tiene derecho a ocho días por año durante su vida laboral, con una indemnización al final que irá a su jubilación, "garantizar ocho días a todos supone un coste muy alto, no es lo mismo garantizar ocho días al que le despiden que reconocer un derecho a todos los trabajadores para toda la vida laboral y ahí es donde está el coste, es un fondo que supondría por lo menos casi cuatro puntos de cotizaciones".
Según ha explicado, ahora se están barajando las distintas posibilidades de financiación que cuentan con dos inconvenientes, por una parte que, según la reforma laboral, no se les puede aumentar las cuotas a los empresarios para pagar ese concepto, y por otra la dificultad de poner en marcha ese fondo el 1 de enero de 2011, debido a la crisis "la situación económica en la que nos encontramos hace muy difícil alimentarlo porque no es fácil trasladar cuotas de otros conceptos para financiarlo, y la pregunta es de donde va a salir ese dinero".
En este punto, López Gandía apuntó que lo lógico sería una primera fase transitoria donde se mantenga la situación actual y más adelante ponerlo en marcha cuando la economía se recupere y buscar otros escenarios de financiación, "aunque ahora por ley no se les puede aumentar las cuotas a las empresas se podría replantear en el futuro que los empresarios financien parte de ese fondo junto al estado".
Gabinete de Comunicación UCLM. Albacete, 27 de abril de 2011