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Carlos Franco, sobresaliente cum laude por la tesis defendida en la Facultad de Humanidades de Toledo

Un estudiante de la UCLM publica un trabajo de investigacion sobre el Corpus Christi de Toledo desde el punto de vista antropologico

30/10/2007
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Un estudiante de la UCLM publica un trabajo de investigacion sobre el Corpus Christi de Toledo desde el punto de vista antropologico

30/10/2007

La Facultad de Humanidades de Toledo acogió la defensa de la tesis doctoral "Redefiniciones para una ciudad `abúlica', fragmentada y vieja ante el umbral postindustrial. La Fiesta del Corpus Christi en la ciudad de Toledo", cuyo autor, Carlos Franco, realiza por primera vez un análisis de la festividad desde el punto de vista antropológico. El trabajo, que recibió la calificación de sobresaliente cum laude, ha sido dirigido por el profesor de Antropología Gerardo Fernández Juárez, dentro del programa de doctorado "El mundo hispánico: patrimonio intercultural".

La tesis se estructura en dos bloques. En el primero el objeto de estudio es la propia fiesta del Corpus Christi en la ciudad de Toledo, su actual Fiesta Mayor. El autor define la fiesta y analiza cada una de sus partes y componentes, concluyendo que se trata de un tiempo festivo dividido en tres partes unidas por un nexo común: la diferente ocupación del recorrido de la procesión del Corpus Christi y su paulatina transformación mediante sus peculiares aditivos: toldos, tomillo, adornos, sillas tradicionales y de pago, Gigantones, Tarasca, tapices, flores, etc.
La primera de esas partes la constituye la Procesión de la Tarde, en la víspera de la procesión de la Mañana, en la que se rompe la cotidianeidad con una cabalgata de seres estrafalarios fruto del imaginario infantil, personajes identitarios de raíces más profundas como son los Gigantones y la Tarasca, así como bandas de música y elementos postindustriales del espectáculo, como son diablillos con bengalas y pólvora, escenas medievales, etc. Acabará de noche dando paso a un nuevo tiempo en el que se produce, al hilo de la nueva procesión nocturna, una situación de communitas entre los miembros del antiguo lenguaje identitario de la ciudad: los toledanos toman ya de noche las calles del itinerario allí por donde consideran oportuno, sin orden ni protocolo, sin la rigidez de una ropa ceremonial, sin símbolos, para repasar y comentar las transformaciones del paisaje así como para reconocer al resto de los ciudadanos y, de paso, ser reconocidos en una autoafirmación localista que les hace vivir físicamente la definición esencialista de su ciudad, lo cual es aprovechada por los poderes locales –Ayuntamiento, Diputación, Cardenal y Junta ProCorpus- para manifestarse inaugurando el recorrido mediante el personaje del Pertiguero.
Tras esta maraña de gente que circula en cualquier dirección, a la madrugada se hace un vacío inusitado que es aprovechado para finalizar el recorrido: se cubren las paredes de la catedral con los tapices flamencos del siglo XVI, se echa el tomillo en las calles, se ponen las flores naturales y se acaban de distribuir tanto las sillas vecinales como las de pago. Es el momento escogido por alguno de los vecinos para tener experiencias emocionales con su propia identidad recogiendo el tomillo recién puesto. A partir de aquí todo lo que viene tiene que ver con la procesión de la Sagrada Forma: toma de las calles por parte de los militares, la aparición de la Guardia Civil a caballo en la Puerta Llana de la Catedral, los diferentes cortejos que van a la Misa Pontifical: Diputación, Ayuntamiento, UCLM, las diferentes hermandades nobles… Antes de la procesión, los toledanos escogen su lugar en la Fiesta, afirmando de esta forma su posición social en la ciudad: unos dentro de la procesión, otros fuera, propiciando que, con el paso ceremonial y protocolario de la procesión, cuyo eje es la Custodia de Arfe, queden restablecidos y confirmados los diferentes roles ciudadanos, devolviendo a la ciudad al tiempo normal. Y estableciendo un lenguaje moral común del que destaca el del género, por otra parte alejado de cualquier símbolo de poder.
En el segundo bloque cambia de objeto de estudio, redireccionándonos a la ciudad, al comprobar el autor en los diferentes años de trabajo de campo (2000-2006), cómo la Fiesta refleja tensiones externas: problema de las sillas vecinales, pugna Juan Ignacio Zoido/José Mª Barreda por la presidencia civil de la Procesión, la conversión de Semana Grande y la ruptura a partir del año 2004 de la fiesta en dos procesiones. También recoge la evolución identitaria de la ciudad y cómo su construcción económica y su armazón simbólica alrededor de fenómenos como la creación de una Fiesta Mayor denotan cómo se han ido construyendo una serie de lenguajes paralelos que, a día de hoy, se practican durante la Fiesta: el lenguaje patrimonializador identitario-burgués y sus intentos por construir una fiesta ciudadana, el lenguaje del antiguo régimen o de la civitas dei, empecinada en su dominio festivo final, y los actuales lenguaje popular –más conocido como la "abulia toledana"-, y el espectacular postindustrial que la transforman en un mero producto de consumo.
Como conclusión, indica el autor, "una ciudad actualmente sumergida en el problema de revisar su Ethos y sacar un nuevo lenguaje común a todos, o al menos que sea paralelo a los otros tantos que se utilizan en su permanente dialéctica de la incomunicación".

Toledo, 30 de octubre de 2007

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