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Un proyecto conjunto de la UCLM y la NASA calcula los niveles de ácido nítrico en el aire, principal responsable de la lluvia ácida en las áreas urbanas con mucho tráfico e industria

La UCLM y la NASA analizan la calidad del aire en los nucleos urbanos de Ciudad Real y Puertollano

23/02/2007
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La UCLM y la NASA analizan la calidad del aire en los nucleos urbanos de Ciudad Real y Puertollano

23/02/2007


Investigadores del grupo de Química y Contaminación Atmosférica de la Universidad regional, junto a profesionales del Instituto de Investigación en Tecnología Química y Medioambiental de Ciudad Real (ITQUIMA) y del Jet Propulsión Laboratory de la NASA en Pasadena (EEUU) han utilizado, por vez primera en España, un modelo fotoquímico de contaminación atmosférica para calcular los niveles de formación de ácido nítrico (HNO3) en la atmósfera urbana de Ciudad Real y Puertollano que no detecta niveles preocupantes en ninguna de las dos ciudades analizadas.
Uno de los componentes esenciales de de lluvia ácida (que se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y motores que queman carbón o petróleo) es el ácido nítrico (HNO3) que, junto a otros componentes químicos, provoca un grave deterioro del medio ambiente. Para controlar en la medida de lo posible los efectos de esta lluvia ácida, un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y el Jet Propulsión Laboratory de la NASA, liderados por los profesores José Albaladejo y Alberto Notario, han creado un modelo fotoquímico para controlar los niveles de contaminación.
El modelo creado utiliza las concentraciones medidas en continuo de ozono y óxido de nitrógeno, realizadas por el equipo de investigadores en Ciudad Real durante un periodo de casi un año (desde julio de 2000 hasta marzo de 2001) utilizando la técnica D.O.A.S. (Espectroscopia de Absorción Óptica Diferencial). Dichas medidas de contaminantes son las primeras que se realizan en Ciudad Real durante un periodo largo, ya que la ciudad no dispone de estación de vigilancia de la contaminación atmosférica.
Los resultados de este estudio aparecieron publicados recientemente en dos artículos de la revista internacional Water, Air and Soil Pollution. En la actualidad, este grupo de investigación –creado por el catedrático Ernesto Martínez Ataz- está llevando a cabo medidas equivalentes en Puertollano, ciudad industrial que presenta unas características singulares dentro de la región castellano-manchega por la existencia de una refinería y dos centrales térmicas de carbón y ciclo combinado (gas-carbón).
La investigación llevada a cabo con la colaboración de Alfonso Saiz (Jet Propulsión Laboratory, NASA) ha permitido predecir el ciclo estacional de formación de ácido nítrico en función de las emisiones del tráfico y de la meteorología típica de cada estación. Además se ha estudiado el papel fundamental que juega el HNO3 en la química de los óxidos de nitrógeno y el ozono en la atmósfera de Ciudad Real, donde en ningún caso son preocupantes.
Se trata de un tipo de predicciones que pueden ser de ayuda y complementar a las redes de monitorización de la contaminación urbana en la región. Así, el estudio predice máximos de HNO3 en verano, contrariamente a lo que ocurre en algunas localizaciones en países del centro y norte de Europa, donde esos máximos ocurren en invierno y sufren importantes deterioros de su medio ambiente por culpa de la lluvia ácida. De ahí la importancia de realizar estos estudios en el sur de Europa, donde hasta ahora no existían.
La formación de ácido nítrico (HNO3) atmosférico tiene importantes repercusiones medioambientales debido a su contribución a la lluvia ácida, su capacidad corrosiva y el papel central que juega en la química de la atmósfera en ciudades como Ciudad Real, donde el tráfico es la principal fuente de contaminación. Los principales responsables de esta situación son los óxidos de nitrógeno generados por las altas temperaturas de los procesos de combustión que se dan en el interior de los motores de los automóviles. Estos gases originan la disminución de la visibilidad, la corrosión de materiales y la disminución en el crecimiento de algunas especies vegetales de importancia agrícola. Los óxidos de nitrógeno intervienen también en la formación del ozono que respiramos en las ciudades.
Ciudad Real, 23 de febrero de 2007

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