El Centro de Creación Experimental de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) acaba de editar, por primera vez en España, el libro Pomelo de la artista Yoko Ono. A través de esta obra Yoko Ono invita a los espectadores/lectores a desarrollar un papel activo en el proceso de elaboración de creación de la obra de arte. El Centro de Creación Experimental de la Universidad de Castilla la Mancha es un espacio de investigación dedicado a la investigación y difusión del arte de vanguardia. Está dirigido por José Antonio Sarmiento, profesor de la Facultad de Bellas Artes.
La primera edición de Pomelo (Grapefruit) la publicó Yoko Ono en Tokio en 1964. Fue una edición limitada y no tuvo mucha repercusión. Por entonces Yoko Ono era una artista destacada del movimiento artístico denominado Fluxus. Luego en 1970 se publicó en Nueva York y Londres. Al año siguiente se hicieron nuevas ediciones. Su encuentro con John Lennon ayudó a la difusión de su obra. De hecho este es el libro de artista que más repercusión ha tenido. Se volvió a reeditar en Estados Unidos en el 2000 añadiendo nuevos textos. En España, esta es la primera vez que se ha publicado.
A través de su obra, y este libro es un claro ejemplo, Yoko Ono invita a los espectadores/lectores a desarrollar un papel activo en el proceso de elaboración de creación de la obra de arte.
Según indica el profesor Sarmiento, lo mental está presente en todas sus propuestas desde el inicio de su trabajo artístico. “No podemos olvidar la tradición cultural a la cual pertenece. Su proximidad a la espiritualidad y al pensamiento zen”.
Lo mental en sus obras, continúa el director del Centro de Creación Experimental, no se presenta como algo complejo, intelectual o expresado con un cierto grado de hermetismo lingüístico, sino todo lo contrario. Para Yoko Ono el arte debería ofrecer más bien una “ausencia de complejidad, un vacío a través del cual se alcanzaría un estado de completo relajamiento mental. Está bien abandonar algunas posesiones físicas y mentales cuando ellas empiezan a abarrotar la cabeza… mantener una cierta austeridad en el entorno, en las creencias, en las opiniones.
José Antonio Sarmiento apunta que para Yoko Ono los sonidos no son los únicos elementos para hacer música: Ella se pregunta “Cuando un violinista toca ¿cuál es el elemento accesorio: el movimiento del brazo o el sonido del arco? Su respuesta: Inténtalo sólo con el movimiento del brazo
El único sonido que existe es el sonido de la mente. Yoko Ono proponía vaciar la mente para obtener una mayor claridad de percepción: “Si mi música parece que necesita el silencio físico es porque exige la concentración. Yo pienso más en mi música como una práctica zen que como música. El único sonido que existe en mí es el sonido de mi cabeza. Mis obras existen solo para producir música mental en la gente”.
YOKO ONO
POMELO
Centro de Creación Experimental
Universidad de Castilla la Mancha
Cuenca, 2006
www.uclm.es/cdce
Traducción Pilar Vázquez
Pág. 316
Precio: 20 €