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José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la UCLM, presenta el informe del IPCC sobre impactos y vulnerabilidad

La adaptacion, unica respuesta "disponible y apropiada" al cambio climatico en Europa

10/04/2007
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La adaptacion, unica respuesta "disponible y apropiada" al cambio climatico en Europa

10/04/2007

El catedrático de Ecología de la UCLM, José Manuel Moreno, ha presentado esta mañana en el Ministerio de Medio Ambiente el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) sobre los impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático para Europa del sur. El informe confirma que todas las regiones europeas se verán negativamente afectadas por el cambio climático y que la adaptación se configura como “la única respuesta disponible y apropiada frente a los impactos consecuencia de las emisiones del pasado”.
El estudio ha documentado por primera vez un amplio espectro de impactos debido a los cambios recientes del clima actual, como alteraciones en la distribución de las especies, además de confirmar que aumentarán los riesgos climáticos, aunque con variaciones regionales. Entre ellos se encuentran la inundación de zonas costeras debido a las tormentas y al aumento del nivel del mar, sequías más frecuentes y prolongadas, temporadas más largas de incendios forestales y riesgos para la salud debido a olas de calor más frecuentes e intensas.
También crecerá el estrés hídrico en el centro y sur del continente, donde los ríos verán reducido su caudal hasta un 80 por ciento en época estival. Para la década de 2070 el porcentaje de superficie bajo condiciones de estrés severo pasará del 19 por ciento actual al 35 por ciento. Entonces, el número de personas afectadas por este problema ascenderá a 44 millones. En apenas 60 años, el potencial hidroeléctrico de Europa puede disminuir un promedio de un 6 por ciento y entre un 20 y un 50 por ciento en el entorno mediterráneo.
El cambio climático afectará asimismo a los ecosistemas naturales y la biodiversidad en el continente europeo. El ascenso del nivel del mar, que reducirá la disponibilidad de hábitat para muchas especies que se reproducen o alimentan en zonas costeras bajas, podría originar una migración de las playas hacia el interior, con pérdidas de hasta un 20 por ciento de los humedales costeros. Además, a lo largo del siglo XXI desparecerán los glaciares pequeños y muchas áreas de permafrost del Ártico. También se producirá un retroceso de los bosques en el sur y una expansión en las áreas más septentrionales, disminuyendo las áreas naturales de tundra.
Los especialistas que han elaborado el informe alertan también sobre la vulnerabilidad de muchas especies vegetales, que pueden verse abocadas a la extinción para finales de siglo. Esto afectaría a unas 1.350 especies florales, especialmente a las comunidades de montaña. Asimismo, más del 95 por ciento de los anfibios y reptiles experimentará reducciones en sus áreas de distribución debido a dificultades para dispersarse. Los vertebrados y los delfines del área mediterránea también se encuentran entre las especies más vulnerables.
Otra de las consecuencias del cambio climático sobre las que se ha llamado la atención esta mañana es su efecto sobre la distribución de la actividad económica. La agricultura tendrá que afrontar una mayor demanda de agua de riego. Cultivos como las legumbres, el girasol o los tubérculos disminuirán notablemente su productividad antes de 2050. Para este año se reducirá la demanda de calefacción (que se limitará a dos o tres semanas) y aumentará la de aire acondicionado (entre dos y cinco semanas). Por razones obvias, es probable que disminuyan los flujos turísticos hacia el Mediterráneo en verano y que aumenten en primavera y otoño. Asimismo, sufrirá una notable reducción la demanda turística asociada a la nieve.
La adaptación al cambio climático puede beneficiarse de las experiencias obtenidas en las respuestas a eventos climáticos extremos, emprendiendo planes proactivos de gestión del riesgo. Así, en varios países ya se han implantado sistemas de alerta temprana de olas de calor, además de incorporar planes específicos a las políticas nacionales o europeas de agricultura, energía, bosques, transporte y otros sectores. Asimismo, la comunidad científica ha demostrado que cultivos inviables bajo ciertos escenarios pueden reemplazarse por cultivos bioenergéticos. Sin embargo, los especialistas opinan, tal y como ha puesto de manifiesto José Manuel Moreno esta mañana, que solamente unos cuantos gobiernos e instituciones han evaluado sistemáticamente y críticamente un conjunto de medidas.
Toledo, 10 de abril de 2007

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