Juan José Laborda, presidente de la Comisión General de las Comunidades Autónomas, ha señalado que dicha Comisión está llamada a pronunciarse sobre la futura reforma del Senado, reforma que a juicio de su ex presidente deberá abordarse en diciembre de 2005.
El ex presidente del Senado y actual presidente de la Comisión General de las Comunidades Autónomas, Juan José Laborda, ha sido el encargado de cerrar las sesiones de la mañana del curso de verano “Políticas sociales y ciudadanía. Perspectivas de futuro”, que se está celebrando en el campus de Cuenca, dirigido por el profesor Antonio López y coordinado por Tomás Fernández.
Laborda comenzó su intervención refiriéndose a la Comisión que preside como órgano complejo, sin precedentes en el parlamentarismo español, en el que están representados los gobiernos de las diecisiete comunidades autónomas y que tiene un catálogo de más de treinta funciones.
Esta comisión, a juicio de su presidente, está llamada en esta legislatura a pronunciarse sobre la reforma constitucional del Senado, reforma que intentará conseguir que las comunidades autónomas participen directamente en las tareas estatales que tienen encomendadas las Cortes Generales.
En términos generales, el ex presidente manifestó que “en veinticinco años de vigencia constitucional hemos sido capaces de avanzar en la descentralización y contra lo que cabía prever o incluso algunos agoreros vinieron a decir, hemos avanzado simultáneamente en el logro de la solidaridad y de la cohesión social”. Gracias a esa descentralización y al hecho de que los gobiernos hayan venido cumpliendo el programa redistributivo recogido en la Constitución, el grado de bienestar se ha venido obteniendo a lo largo de esos veinticinco años.
Pero para Laborda el gran interrogante se abre sobre cómo podrán mantenerse estos grados de cohesión social sin descuidar las fuentes de la riqueza, es decir, para que haya una parte del esfuerzo inversor, del esfuerzo en el gasto que vaya a corregir el problema más grave que tiene nuestro sistema económico: la baja competitividad y, al mismo tiempo, las escasas dotaciones que dedicamos a la investigación y a la innovación tecnológica.
Ese es, según Juan José Laborda, el dilema sobre el que tiene que producirse el debate político. “Pero esos debates –continuó- no se producen en el Parlamento, hay un enorme déficit en la vida política española”; por lo que el ex presidente del Senado hizo un llamamiento para que exista más debate sobre el futuro de las generaciones españolas en calidad de vida y en progreso económico y “seguramente si se centrara el debate en esos puntos hablaríamos menos de lo que se habla cotidianamente”, finalizó.