“Residuos Industriales: Oportunidades Empresariales” es el título del curso de verano que se va a celebrar en Puertollano del 21 al 23 de julio, dirigido por el catedrático de Ingeniería Química de la UCLM Pablo Cañizares.
Este es un curso, cometa su director, que se imparte por primera vez pero que deriva de otro que ya se ha impartido, y con bastante éxito, en tres ediciones anteriores que era “Residuos y Medio Ambiente”.
Residuos industriales: Oportunidades empresariales está encaminado a estudiantes de los últimos cursos de las titulaciones de Químicas, Ingeniero Químico, Ingeniero Industrial, Ingenieros de Caminos e Ingenieros Técnicos en general.
Su objetivo es completar la formación de estos alumnos en materia de gestión de los residuos y dentro de los residuos, en residuos industriales.
Los temas que se van a tratar en este curso, continúa Cañizares, están directamente relacionados con Castilla-La Mancha. Así, se analizará la gestión de residuos de un aeropuerto, de un complejo petroquímico y de los residuos radiactivos.
Se hará, asimismo, un repaso por el reciclado de los residuos plásticos que son unos de los residuos más importantes, al menos en volumen, y se profundizará en la valorización de residuos y su utilización como combustible alternativo, añade el director del curso.
Ponentes como Vicente Galván, director general de Servicios Ambientales Estratégicos S.A, José Francisco Núñez, director de la División de Residuos Industriales del Grupo BEFESA; David Pérez, director de Medio Ambiente de Ciudad Real Aeropuertos; Carlos Alberto García, responsable de Medio Ambiente de REPSOL-YPF, entre otros; junto a profesores universitarios, serán los encargados de abordar el programa del curso.
Finalmente, en el curso se pondrá especial énfasis en el cuidado del medio ambiente. “Si hablásemos de las prioridades medioambientales que marca la Unión Europea en materia de gestión de residuos, la primera prioridad medioambiental es la prevención, es decir, evitar que el residuo se produzca y tenerlo que tratar, y por tanto que no tenga ningún impacto negativo sobre el medio ambiente. La siguiente alternativa dentro esas prioridades medioambientales sería transformar los residuos en recursos, es decir, si transformamos un residuo en un recurso lo aprovechamos, lo volvemos a incorporar al ciclo productivo y por tanto no hay impacto negativo sobre el medio ambiente. De esa manera, aprovechando el residuo, transformándolo en recurso e incluyéndolo nuevamente en el ciclo productivo contribuimos al ahorro de materias primas, de energía y, por tanto, contribuimos a lo que últimamente se viene hablando, y con mucha frecuencia, al desarrollo sostenible”, apunta Pablo Cañizares.