Por quinto año consecutivo, la E.U. de Magisterio de Ciudad Real ha diseñado un plan docente de intervención en los colegios saharauis para apoyar la docencia, especialmente la enseñanza del español. Esta actividad, que durará hasta el próximo día 10 de febrero, junto con otras que conforman un amplio programa de intervención: talleres de plástica, de animación a la lectura, juegos para actividades extraescolares, actividades deportivas, musicales, etcétera; constituyen un bagaje que enriquece humana y profesionalmente a los alumnos saharauis, a sus maestros y a los estudiantes de Magisterio.
Este año 2007 ha sido declarado Año Internacional para la Solidaridad con el Pueblo Saharaui”. Y para solidaridad –en palabras del director de la E.U. de Magisterio, Ángel Cano- la de esos 120 alumnos, 14 de ellos coordinadores, que partirán el próximo día 27 de enero a Tinduf. Además, la E.U. de Magisterio aporta casi una tonelada de material escolar para la realización de las actividades mencionadas.
Ángel Cano ha incidido en el apoyo a la enseñanza del español, segunda lengua del pueblo saharaui y que mantienen “casi milagrosamente” tras la ocupación por parte de Marruecos de su territorio hace ya treinta y dos años. “Pocas veces un pueblo desterrado y desheredado ha hecho tanto por una lengua, en este caso con el abandono durante varias décadas por parte de su antigua metrópoli” –ha dicho.
Asimismo, el director del centro se ha referido a la importancia del programa Vacaciones en paz, que propicia la integración de niños saharauis que cada verano conviven con familias de la provincia.
Este año acompañan a los alumnos las profesoras-tutoras Helena Aikin y Julia Díaz, que se ocupan de supervisar todo el proceso, elaborar el informe correspondiente y de realizar un documental informativo sobre esta iniciativa que goza ya de madurez.
Esta actividad, financiada por la Diputación Provincial, cuenta con la colaboración activa del delegado del pueblo saharaui en Castilla-La Mancha, Abidin, encargado de todo lo concerniente a la estancia en los campamentos de los alumnos, su acomodación con las familias y lo relativo a su trabajo en los colegios de educación de infantil y primaria asignados.
Para terminar, el profesor Cano ha destacado, sobre todo, la solidaridad de estos jóvenes, de sus coordinadores y tutores, así como el enriquecimiento que les proporciona este programa, tanto a nivel profesional como humano.