Dentro de la pediatría, el pilar más importante para poder favorecer el desarrollo óptimo del niño es la FAMILIA. El rol de la familia es fundamental para poder iniciar una intervención precoz centrada en las necesidades propias del niño y de su familia, adquiriendo un aprendizaje acorde a su condición.
Los padres/cuidadores del niño deben ser una parte activa de todo el proceso de valoración e intervención destinado a sus hijos. Es esencial que conozcan cuáles son las herramientas de valoración que se van a llevar a cabo, que sean capaces de entender para qué se van a ejecutar, y de esta manera poder establecer objetivos funcionales acordes a sus perspectivas. Acompañar a la familia, favorecer la toma de decisiones del abordaje terapéutico más eficaz para su hijo es trabajo del fisioterapeuta pediátrico, permitiendo que la familia no sea un espectador, si no un miembro activo del equipo formado por Familia-niño-terapeuta.
Se debe dar la posibilidad de reflexión, decisión y ejecución de estrategias, con un seguimiento para educar a la familia, no siendo terapeutas, pero sí fomentando el aprendizaje diario del niño dentro de su entorno natural.