La Salud Mental
La OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
La salud mental individual y de las poblaciones está determinada por dimensiones complejas. Así, las funciones y estructuras corporales, las actividades y la participación y su interacción con respecto a los factores contextuales conformados por las características personales y ambientales y que determinan la vulnerabilidad a ciertos trastornos o psicopatologías.
Las consecuencias derivadas de la pérdida de la salud mental producen impactos relevantes en múltiples dimensiones de la vida de las personas y de las comunidades, afectando negativamente a elementos claves para la calidad de vida y para la gestión comunitaria de los elementos sanitarios, económicos, laborales, culturales y familiares que se ponen a disposición para el bienestar individual y común.
Los Trastornos Mentales
En la sociedad actual, la presencia de trastornos mentales constituye uno de los grupos más frecuentes de enfermedad, estando estos condicionados por una multiplicidad de factores de índole biológica, socioeconómica y medioambiental. Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinan que unos 450 millones de personas en el mundo padecen un trastorno mental o de comportamiento a lo largo de su vida.
Además, se considera que, en una de cada cuatro familias, hay al menos una persona con trastornos mentales.
El impacto de los trastornos mentales en la calidad de vida de las personas es superior al de las enfermedades crónicas como la artritis, la diabetes o las enfermedades cardiacas y respiratorias. Naciones Unidas ha publicado datos terribles que caracterizan nuestra época. Cada 40 segundos, alguien toma la trágica decisión de que ya no vale la pena vivir. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes entre 15 y 29 años.
Millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo sufren condiciones que atentan gravemente con el desarrollo de su salud mental, estando un 20% en situación de tener algún trastorno psiquiátrico. Además, las tasas de enfermedades mentales y las peores consecuencias se incrementan en las regiones mundiales que tienen situaciones graves de pobreza, conflictos bélicos, corrupciones políticas estructurales con impactos que implican desempleo generalizado, no disponer de servicios sanitarios o sociales adecuados, muertes y conflictos relaciones en los contextos familiares y sociales.
En Europa, las enfermedades mentales, en su conjunto, constituyen la causa más frecuente discapacidad, por delante de las enfermedades cardiovasculares y del cáncer. Son más del 27% de las personas europeas adultas las que sufren al menos una forma de alteración psíquica en algún año de su vida. Además, hay que añadir que la salud mental sigue tratándose con idearios colectivos distorsionados e injustos. Se sigue tratando a las personas diagnosticadas con un trastorno mental de manera excluyente y atentando contra sus derechos humanos. En general, se sigue ocultando cualquier síntoma de malestar diario que lleve a pensar en una situación de enfermedad mental. Esto debe cambiar. Una cobertura universal de salud debe incluir también la salud mental. La salud mental es cosa de todos y de todas.
Intervención Ocupacional en la Salud Mental
Dada la magnitud de los problemas asociados a la vulnerabilidad para la salud mental y los datos epidemiológicos sobre trastornos mentales y las tendencias de crecimiento, existe una alta necesidad política, económica y social para el desarrollo de estrategias de prevención, asesoramiento e intervención dirigidas, por un lado, a la salud mental comunitaria y, por otro lado, a las personas en situación de enfermedad mental y a sus familiares. Por ello, y teniendo en cuenta que mejorar la atención a la salud mental es uno de los objetivos estratégicos de las sociedades desarrolladas, se han elaborado diversas estrategias en salud mental para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y de su entorno inmediato.
Las estrategias de los diferentes países se basan en la filosofía y contenidos de la Declaración de Helsinki en Salud Mental, orientada por la Oficina Regional Europea de la OMS y que fue suscrita por España en 2005, entre otros. La estrategia incluye dentro de sus objetivos la potenciación de la formación de los y las profesionales del sistema sanitario para atender adecuadamente las necesidades de la población en materia de salud mental, en el marco del modelo de atención biopsicosocial y el trabajo en equipo. Por este motivo, se necesitan programas y actividades formativas dirigidas no sólo a los diferentes profesionales, sino también al equipo, como unidad discente. Por otro lado, es relevante partir de instrumentos internacionales tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y los instrumentos que han ido germinando asociados, tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Igualmente, las Naciones Unidas y la agenda programática 2030 con el desarrollo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se centra en la creación de planes concretos y realistas sobre la salud mental, ya que está implicada en todos los ODS. Por un lado, sin salud mental no hay salud y, por lo tanto, se pone en relación con el ODS 3 “Salud y Bienestar, cuyo logro es construir una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades y en todo el mundo. Por otro lado, la salud mental está bidireccionalmente vinculada a otros ODS tales como la educación integral y el empleo digno, eliminación de las desigualdades sociales, eliminación de los conflictos bélicos, impulso del crecimiento económico y sostenibilidad medioambiental.
Con el objetivo de contribuir al logro de dichas metas, se diseña este Máster en Terapia Ocupacional en Salud Mental, cuyos fines principales son profundizar en los conocimientos teórico-prácticos de la intervención centrada en la salud mental comunitaria y de atención ocupacional a las personas con problemas de salud mental, desarrollando actitudes y habilidades expertas para la intervención sobre las diversas situaciones que propician la disfunción, y que nos permitan comprender y asesorar adecuadamente a cada colectivo, grupo o persona.
Además, el Máster parte de la premisa básica de la necesidad de posicionar a la Terapia Ocupacional en salud mental en la vanguardia de la innovación y de la investigación. Asumimos una deuda histórica con las personas, con las organizaciones y con las poblaciones en cuanto a cuidarla salud mental para lograr el bienestar ocupacional y lograr la recuperación ocupacional de las personas con trastornos mentales, y por lo tanto, la innovación y la investigación se convierte en una herramienta fundamental para llegar al conocimiento profundo de las situaciones y para poder implementar mejores estrategias para la prevención, rehabilitación, recuperación e inclusión, así como una mejor y mayor comprensión de los fenómenos que la acompañan.