Ideas para hacer trabajos experimentales en el aula con alumnos de niveles no universitarios y la relación entre la Química, el medio ambiente y la sociedad son dos de los temas que los alumnos de la Facultad de ciencias Químicas de la Universidad de Castilla-la Mancha (UCLM) han podido compartir con expertos profesionales en unas jornadas que se celebran durante los meses de octubre y noviembre de 2006.
Manuela Martín, catedrática de la Universidad Complutense de Madrid y Carlos Seoane, catedrático de Química Orgánica de la misma universidad madrileña han visitado la facultad de Ciencias Químicas de la UCLM en el Campus de Ciudad Real para acercar a los estudiantes del centro a la realidad laboral que les espera, una vez finalizados sus estudios de grado.
Martín intervino en primer lugar con la conferencia titulada “Ideas para hacer trabajos experimentales en el aula con alumnos de niveles no universitarios”. Los trabajos de experimentación química que pueden desarrollarse en el aula son de gran interés para una aprendizaje intuitivo y que queda en el recuerdo (“una imagen vale más que mil palabras”) asociado a los principios y aplicaciones de la química.
Estos experimentos son especialmente útiles en ámbitos no universitarios, donde el acceso a laboratorios bien dotados no suele ser fácil. Sobre esta idea se mostraron en la conferencia una serie de actividades demostrativas para su traslado directo a las aulas. Estas experiencias se apoyan en tres mecanismos: experimentos utilizando el retroproyector, experimentos trabajando los alumnos en grupos, y trabajos que hace directamente el profesor en el aula.
Para el segundo conferenciante, Carlos Seoane, la Ciencia y la Tecnología, aunque no sin ciertos riesgos y daños medioambientales, han proporcionado innegables beneficios a la humanidad, que no siempre es consciente de lo que debe a la Química. En ese sentido presentó en la charla una perspectiva general de la situación desde la óptica de un científico.
El delicado y cambiante proceso entre la Química, el progreso y su coste ambiental lo planteó Seoane de modo equilibrado; con sus implicaciones político-económicas, sociales y de opinión pública. Resultan especialmente importantes los aspectos educativos, de modo que las nuevas generaciones de ciudadanos tengan una mejor formación e información en cuanto al papel de la Química y la Ciencia en la sociedad para que, comprendiendo su utilidad imprescindible y también sus riesgos, puedan adoptar las actitudes y decisiones más adecuadas.
Ciudad Real, 15 de noviembre de 2006