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El haber sido esposa de Ernesto Guevara, padre del "Ché", ha supuesto un enorme peso en su trayectoria artística

La artista argentina Ana Erra recuerda la poesia de Alberti a traves de sus cuadros

01/10/2003
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La artista argentina Ana Erra recuerda la poesia de Alberti a traves de sus cuadros

01/10/2003


Ana Erra de Guevara es una mujer que respira y expresa arte; nació en Argentina, estuvo casada 23 años con Ernesto Guevara Lynch, es madre de tres hijos y asegura que, casi, cuando empezó a vivir, empezó a dibujar y a pintar con una facilidad enorme. La artista, que estudió magisterio y psicología en su juventud, ha recorrido Latinoamérica, Europa y parte de España con su obra. Ahora llega a la Facultad de Humanidades de Albacete para mostrar la exposición “Laberinto del cuerpo deshabitado”, con la que rinde homenaje a su amigo, Rafael Alberti, en un paseo poético por el interior de sus pensamientos. Desde el 3 al 21 de octubre podrá visitarse su exposición en el hall del edificio “Benjamín Palencia”.
“La pintura ha sido siempre lo que más me ha atraído”, explica Ana Erra, que ha dedicado su carrera profesional a trabajar, durante más de 30 años, en el ámbito terapéutico a través del arte con niños y adolescentes con problemas psiquiátricos. Paralelamente a su vida profesional ha seguido pintando y haciendo exposiciones aunque, como ella afirma, “lógicamente los avatares de la vida, mi matrimonio, los tres hijos y el exilio me apartaron de las exposiciones y me obligaron a realizar mi obra mucho más en privado”. En estos últimos años, desde que sus hijos son mayores, declara que tiene más libertad para poderse moverse con sus cuadros de un sitio a otro, a los que llama “sus hijos del alma”.
Empezó a exponer en el año 1964 y con tan sólo 22 años ya mostraba sus primeras obras en las que predominaba sobre todo el grabado y el dibujo, técnicas, a su juicio, muy depuradas y exigentes. Afirma que le fascina la línea, “es como el ensamblado de un edificio, es la que sostiene todo”. Como la mayoría de artistas, ha pasado por distintas etapas y en una de ellas se decantó por el uso del color. Ahora asegura que, “quizás por la edad, uno va depurándose y en este momento uso collages y técnicas mixtas como las que se van a ver en esta exposición en la que casi todo es blanco y negro y gris con mucha reminiscencia del grabado, pues es como si hubiera vuelto a beber en los orígenes del grabado, lo que más me apasionó en mi juventud”.
Esta exposición tiene una vinculación directa con la poesía, y no es sólo por su amistad con poetas de la talla de Borges, Cortázar o Alberti, sino porque, para ella, el mundo de la imagen poética es el que más le interesa. En este caso es la amistad de tantos años con Rafael Alberti y la coincidencia del centenario de su nacimiento, lo que le ha hecho recordar al poeta de El Puerto de Santa María con unos cuadros que no fueron hechos para ilustrar las poesías, pues como ella afirma “yo las tenía en la memoria y en el oído y después de hechos los trabajos, con la ayuda de Aitana, la hija de Rafael, vimos cómo los cuadros parecían estar hechos a medida de las poesías, pero es realmente una coincidencia, hay un mundo del azar que aparece de pronto en las cosas más insólitas.”. Así es como fueron encontrando los puntos de contacto, las reminiscencias del pasado porque, asegura, “cuando uno trabaja lo está haciendo con su memoria, con lo que ama, con lo que conoce”.
Ana Erra piensa que las personas siempre se ponen una máscara para el exterior y, sin embargo, los cuadros son el interior y en ellos se pueden ver muchos de los profundos problemas existenciales que movían tanto a Rafael Alberti como a ella. En cuanto a la elección de las poesías, dice que “no son todas o cualquiera, sino las que tenían más puntos de contacto con lo que yo sentía. No puedo decir que sean optimistas o pesimistas, son cuadros que reflejan y que sugieren lo que pasa por dentro de uno”.
Su obra, además de haberse visto en países latinoamericanos como Argentina, Chile, México, Uruguay o Cuba y tras un periplo europeo por Eslovenia, Croacia, Portugal y ciudades italianas como Roma, Florencia, Trieste, Milán y Pisa, ha llegado a España, donde lleva varios meses exponiendo. Una de sus primeras exposiciones en nuestro país fue en la década de los 60, en Madrid, donde participó en una muestra colectiva con obras de grabado argentino contemporáneo.
En cuanto a su vida personal afirma “me pesa mucho el apellido Guevara, es muy difícil ser mujer, ser latinoamericana, exiliada, tener familia y marido y es casi ciclópeo hacer una obra, imagínese cuando se carga con un apellido que en, cuanto das dos pasos, uno desaparece y lo que cuenta es la referencia al personaje histórico, al que yo amo internamente y familiarmente, él hizo en su vida lo que quiso y yo también quisiera hacer lo que quiero”.
NOTA: Los medios interesados en entrevistar a Ana Erra pueden ponerse en contacto con el gabinete de prensa de la UCLM. Tel: 680 222398

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