Pascual Molina, un joven alumno de la Universidad de Castilla-La Mancha, ha obtenido el Premio Nacional al Mejor Expediente Académico en Ingeniería Informática, un galardón que concede anualmente el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) para reconocer el trabajo de los estudiantes más brillantes del país.
Pascual Molina, quien cursó las ingenierías Técnica y Superior en la Escuela Politécnica de Albacete, obtuvo el Primer Premio en esta categoría, mientras que el segundo y el tercer puesto correspondieron a dos alumnos de las universidades Autónoma y Politécnica de Madrid, respectivamente.
Se da la circunstancia de que el estudiante de la UCLM recibió también el Premio Nacional en Ingeniería Técnica Informática en una convocatoria precedente, por lo que su currículum ha sido doblemente reconocido por el MEC. Su expediente académico supera el 9 de nota media, lo que justifica que se haya alzado, asimismo, con los premios al Mejor Expediente Académico en Informática de la Escuela Politécnica de Albacete, y de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Su excepcional trayectoria se completa, de momento, con el Premio al Mejor Proyecto Fin de Carrera en Informática de la UCLM, gracias a un interesante trabajo sobre generación rápida de gráficos en tres dimensiones.
Con tan solo 24 años, este joven ingeniero informático se ha incorporado a la Universidad de Castilla-La Mancha como profesor asociado, una actividad laboral que le permitirá continuar con sus trabajos de investigación en la Escuela Politécnica de Albacete. No en vano, se siente muy vinculado personal y profesionalmente a este centro universitario.
Aunque satisfecho por la relación de premios que acumula hasta el momento, Pascual Molina subraya que “lo importante no es tanto la nota o el reconocimiento como la propia conciencia de que se trabaja”.
En cualquier caso, considera que las administraciones, especialmente el Ministerio de Educación y Cultura, y las propias universidades, deberían conceder una mayor difusión a las convocatorias de premios destinados a los alumnos porque, desde su punto de vista, resultan un buen incentivo.