El marco jurídico europeo favorece una progresiva armonización del proceso penal
Luis Arroyo Zapatero, ex rector de la UCLM y director del Instituto de Derecho Penal Europeo e Internacional, ha inaugurado esta mañana en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo un seminario sobre armonización del proceso penal en Europa. Organizado en colaboración con el Collège de France de París (Francia), el Instituto Max-Planck de Friburgo (Alemania) y el Instituto de la Gobernanza de la Universidad de Basilea (Suiza), el seminario ha puesto de manifiesto que, aunque el marco jurídico europeo favorece la progresiva armonización del proceso penal, existe una notoria dificultad para armonizar las sanciones, ya que éstas forman parte del núcleo duro de la soberanía de los estados.
El seminario “Los caminos de la armonización” tiene por objeto debatir sobre los problemas de la armonización internacional en la lucha contra el crimen, revisando asuntos como la justicia universal, los convenios transnacionales contra la corrupción y el terrorismo o la evolución de la Corte Penal Internacional (CPI), constituida en 1998 con sede en Holanda.
Según explica Nicolás García Rivas, catedrático de Derecho Penal de la UCLM, “frente a la preponderancia del principio de territorialidad se está abriendo paso el principio de justicia universal, que permite el enjuiciamiento del autor de un hecho con independencia de su nacionalidad y del lugar en que lo cometió”. García pone como ejemplo la detención del general Pinochet en Londres en cumplimiento de una orden de busca y captura dictada por un juez español por los delitos cometidos en Chile durante los años 70. “Este caso demuestra, sin embargo, que el principio universal no ha logrado sobreponerse al principio político de la soberanía del estado requerido mediante el procedimiento de extradición”, añade el catedrático.
La CPI vino a subsanar estas dificultades, estableciendo una jurisdicción que no conoce fronteras y con competencia sobre los delitos internacionales más graves, como son el genocidio o los crímenes contra la humanidad. “La conexión entre la CPI como motor de la justicia universal y la globalización puede establecerse en dos planos. Según una versión amable, el entronque se produciría en el terreno de una mayor igualdad entre los seres humanos; desde una óptica más descarnada, aunque sin duda más realista, el enlace radica en el predominio de la confianza en la autonomía de la voluntad que da por buena la situación de desigualdad previa y, por ello, la incentiva”, explica García Rivas citando a Mireille Delmas-Marty, otra de las participantes en el seminario.
“El marco jurídico actual de la UE, -apunta Eduardo Demetrio Crespo, profesor de la UCLM-, está favoreciendo una progresiva armonización del proceso penal, que se ha visto indirectamente favorecida por la obligación de los estados miembros de asumir los principios fundamentales del proceso penal tal como han sido recogidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos”. Sin embargo, la armonización de sanciones topa con serias dificultades por hallarse radicada, explica el profesor, en el núcleo duro de la soberanía de los estados. “Sólo armonizando las sanciones penales será posible la ausencia de discriminación, la seguridad jurídica y la propia legitimidad de la política criminal europea”, afirma.
El seminario “Los caminos de la armonización”, que ha reunido en Toledo a 30 penalistas procedentes de siete países, han participado además Mireille Delmas-Marty, única catedrática de Derecho Penal del prestigioso Collège de France de París; Ulrich Sieber, director del Instituto Max-Planck de Friburgo (Alemania); Alexandro Bernardi, profesor de la Universidad de Ferrara (Italia) y Marck Pieth, máximo experto internacional en la lucha contra la corrupción. Mañana clausurarán el encuentro Stefano Manacorda, profesor de la Universidad de Nápoles, y Juliette Lelieur Fischer, investigadora del Instituto Max-Planck.