El Paraninfo del Campus Universitario de Albacete celebra desde el miércoles, 13 de marzo, las jornadas tituladas “Tráfico de Mujeres: Explotación Sexual”, que han sido organizadas conjuntamente por la Universidad de Castilla-La Mancha, a través del Área de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de Albacete, y la Organización de Apoyo Jurídico al Inmigrante “Albacete Acoge”, que se encarga de asesorar y efectuar los trámites por vía administrativa a extranjeros con problemas que desean regularizar su estancia o que viven situaciones de explotación en nuestro país.
Nicolás García Rivas, decano de la Facultad de Derecho, ha inaugurado estas jornadas junto a la diputada de Acción Ciudadana, Aurora Belén Garijo, y la abogada de “Albacete Acoge”, Donelia Roldán. García Rivas ha destacado el compromiso de la Universidad de Castilla-La Mancha en temas como este que, según dijo, ocurren en un mundo globalizado que tiene muchas ventajas sólo para unos pocos, pues, continuó “ según el último informe de las Naciones Unidas, de los 6.000 millones de habitantes que hay en el mundo, la mitad viven con dos dólares al día y un quinto, ha de mantenerse con la cantidad de un dólar diario”. Según el decano, la causa profunda de la explotación, que obliga a las personas a emigrar a otros países en busca de una mejor vida, es la pobreza.

Por este motivo las jornadas pretenden mentalizar a la sociedad en su conjunto y buscar medidas en el ámbito jurídico que ofrezcan soluciones al problema de la explotación sexual. En ellas participan expertos en distintas ramas del Derecho así como jueces, representantes de ONGS, abogados y coordinadores de programas de apoyo a inmigrantes que, durante los dos días de duración, debatirán en torno al problema del tráfico de mujeres, los derechos sociales de los extranjeros, la legalización de la prostitución o la protección de las víctimas, entre otros asuntos.
La celebración de estas jornadas viene motivada por la existencia de un vacío legal contra el tráfico sexual, lo que disuade a la víctima a la hora de denunciar su situación de explotación. Si a eso añadimos que, según datos estadísticos, el 90% de las prostitutas que trabajan en España provienen de Latinoamérica, África o Europa del Este, el problema se agrava aún más debido a la situación de pobreza estructural y desigualdad que viven en sus países de origen, lo que les hace ser más vulnerables y caer en redes mafiosas dedicadas al tráfico de seres humanos. De las más de 100.000 posibles víctimas extranjeras de tráfico sexual, solamente se tramitan 160 denuncias, lo que da una idea de la situación de deben estar viviendo miles de mujeres que vienen a España en busca de trabajo y que, por la desigualdad de género, entre otras cosas, han de prostituirse a cambio de la libertad.