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Alvin Lucier

[sonido]

Mi nombre es Alvin Lucier. Me gustaría hablar de las dos obras que he grabado para vosotros.

La primera es Chambers. Es una obra que concebí en 1968 mientras visitaba a Pauline Oliveros en San Diego, California. Me fascinaron las conchas que encontré a mi alrededor y pensé en ellas como pequeñas habitaciones que capturarían cualquiera de los sonidos que se oyesen a su alrededor y en cómo afectarían a las características de resonancia de esos sonidos. Amplié esa idea para incluir cualquier objeto encontrado (botella de leche, concha, incluso un zapato viejo), en cualquier "ambiente cerrado" en el que se pudiera meter sonidos; los sonidos cambiarían de acuerdo con la resonancia y las características de ese pequeño "ambiente".

La primera representación de Chambers fue en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1968. Simplemente, sugerí a un grupo de actores que saliesen y buscasen tantos "ambientes resonantes" como pudiesen, y que después comprasen juguetes, grabadoras, radios, cualquier mecanismo a pilas o mecánico que pudiesen meter dentro de esos objetos y los hicieran sonar. Luego, sencillamente, tenían que andar, moviendo los ambientes sonoros de un espacio a otro, así podías oir esos sonidos que estaban dentro de pequeños ambientes en el ambiente mayor.

La performance que os he grabado se hizo en el Crowl Hall de la Universidad en la que doy clases en Estados Unidos. Utilicé a 55 estudiantes, haciéndoles, simplemente, entrar de uno en uno en el Crowl -ese es el nombre de la sala- de esta forma el sonido se iba acumulando. Es muy denso, pero puedes oir sonidos individuales mientras se mueven a través del espacio.

La otra obra es un fragmento de Silver streetcar for the orchestra, para un solo de triángulo. La escribí en respuesta a una sugerencia de Stuart Saunder Smith, un percursionista de los Estados Unidos que estaba cansado de oír trabajar la percursión al mismo tiempo para todo instrumento concebible y me sugirió componer obras para un sólo instrumento de percursión. Pensé en el triángulo; el título de la obra lo tomé del Manifiesto Surrealista de 1922, del director español Luis Buñuel. El dio varias descripciones y títulos a todos los instrumentos de la orquesta y llamó al triángulo de la orquesta "Silver streetcar", por lo que pensé que era un título apropiado.

El músico, sencillamente, golpea el triángulo a lo largo de toda su particular longitud, y mientras lo hace puede cambiar cualquiera de estos cinco elementos diferentes: uno, es la velocidad a la que toca, el segundo es donde toca sobre la barra de metal, el tercero es el volumen al que toca, el cuarto está en relación a la reducción de las vibraciones que él hace sobre la barra con su mano izquierda y el quinto parámetro, es dónde él hace esta reducción. Es decir, oyes el triángulo en todas sus maravillosas manifestaciones, extraordinarios sonidos que nunca supiste que estaban ahí.

Mi relación con las artes plásticas es simplemente una relación natural, nunca estudié Bellas Artes. No puedo dibujar, ni pintar. Pero me parece que cuando monto una instalación presto mucha atención a su apariencia.

También estaba interesado en ver el sonido, me preguntaba dónde van las ondas sonoras cuando dejan su fuente. En una obra como Music on a long thin wire, donde a un cable largo se le provoca una vibración, puedes ver la luz vibrar. Hice otra obra llamada Sound on paper, donde trozos de papel enmarcados vibraban debido a las ondas sonoras, y no sólo podías oír el sonido del papel, sino que podias "verlo sonar" de diversas formas. Una vez instalé esta obra en una galería de arte para varias personas que tenían algún tipo de deficiencia. Algunos no podían oír, pero podían ver el sonido vibrar, otros no podían ver, eran ciegos, pero podían oir el sonido vibrando, incluso había algunas personas que eran ciegas y sordas, y podían tocar el papel y sentirlo vibrar. He estado interesado en este tipo de temas.

De la obra I am sitting in a room se han hecho muchas versiones. Hay una hecha en Estocolmo, en la Radio Sueca, que me gusta mucho. He hecho 2 ó 3 versiones: la primera, en 1969-1970; luego hice otra a principios de los 80, para un CD de música encantadora, luego hice una tercera para que la utilizaran los bailarines de Viola Fabre en una obra que ella realizó a finales de los 70. De vez en cuando me llega una versión de esta obra hecha por alguien.

Desafortunadamente, la gente espera oír mi voz en las grabaciones. Ha sido tan identificada con esta obra... , cuando mi propósito era que cualquiera pudiera hacer la obra con o sin ninguna voz. Hice una obra el año pasado en Alemania, en una radio, en directo, haciendo un bucle en una cinta. Tuvimos que calcular la longitud del bucle para adecuarlo a la longitud de la conversación; pensé que no iba a funcionar muy bien, pero funcionó realmente bien. Sólo leí el texto una vez; después la audiencia podía ver el bucle moverse a través del escenario provocando que los sonidos se sucediesen de la forma en que lo hicieron.

Siempre he estado interesado en los fenómenos naturales del sonido, en sonidos inaudibles, en sonidos que no puedes oír, en sonidos invisibles. En mi obra realizada con ondas cerebrales, Music for solo performer de 1965, las ondas Alfa -diez ciclos por segundo- son verdaderamente demasiado bajas para ser oídas como tonos; yo las hice audibles al amplificarlas enormemente. Estas ondas de diez ciclos, que estallan a través de las membranas de los altavoces, hacen sonar los instrumentos de percusión.

En mi obra localizadora de eco Vespers evening prayer de 1970, unos osciladores de post-ondas sujetos con las manos, producen ecos en el ambiente. A través de la performance se puede oir la entidad sonora de la habitación en la que estás.

De alguna manera esos ecos son inaudibles. En 1980 grabé algunas perturbaciones ionosféricas. Hay tormentas electro-magnéticas que tienen lugar constantemente alrededor de la Tierra. Al ser ondas de radio, son ondas de radio naturales, son inaudibles hasta que las capturas con una antena y las haces audibles. Esto era más un proyecto de grabación que una obra.

Creo que esto es todo lo que tengo que decir sobre estas cosas y os deseo buena suerte con este proyecto. Gracias.

Entrevista realizada por Kepa Landa, diciembre 1996.