El paso a la universidad es un reto para muchos estudiantes y la adaptación al nuevo entorno y al sistema universitario puede no ser exitosa. Las primeras pruebas de evaluación pueden dar una idea aproximada de cómo van las cosas. A veces las notas obtenidas en estas pruebas no responden a las esperadas por el alumno. En muchas ocasiones no son más que el reflejo de la falta de dedicación pero en otras, realmente, no correlacionan con el esfuerzo realizado, lo cual puede desanimar al estudiante e incluso llevar a abandonar la asignatura. Factores como el nerviosismo ante un examen o las dificultades para plasmar en una prueba los conocimientos adquiridos pueden estar detrás de una mala nota, pero otras veces el problema radica en una base deficiente, una comprensión errónea de los conceptos estudiados o en dificultades a la hora de trasladar a la práctica la teoría aprendida. Los profesores debemos estar alerta para detectar estos casos, analizarlos y apoyar al estudiante para reconducir la situación.
Para ello es muy importante haber creado un ambiente de confianza y cultivar la empatía profesor-alumno para que la comunicación sea fluida. Así mismo es fundamental asegurarse de que los estudiantes tienen claros los objetivos y competencias a adquirir así como las actividades a realizar para lograrlos.
No olvidemos que los profesores hemos de emitir una calificación que, en última instancia, se ha de plasmar en una nota numérica, que debe ser lo más justa posible y que, queramos o no, supone, casi siempre, la mayor preocupación para alumnado.

Las 3 ideas:
1ª.- No esperes demasiado para realizar la primera prueba de evaluación. Publica pronto las notas. Si hay problemas debes detectarlos y solucionarlos lo antes posible.
2ª.- Analiza las calificaciones, habla con los estudiantes sobre ellas e intenta detectar los casos en los que el esfuerzo y la nota obtenida no concuerden. Anima a los alumnos a hablar contigo y a explorar las causas. Ofrece tu apoyo.
3ª.- Concierta tutorías individuales con los alumnos que lo necesiten y estudia con cada uno su caso particular. Identifica el problema y acordad un plan para reconducir la situación. Anima al estudiante pues estáis a tiempo de solucionar los problemas. Haz seguimiento, estudia si el plan corrige las deficiencias y revisa si las notas posteriores responden.